La nueva carta firmada por Alberto Fernández y su equipo representa un manifiesto poético que vuelve a los orígenes para revolucionar el presente. Inspirada en el alfabeto fenicio y en la historia de Gadir, cada cóctel se codifica con un símbolo que traduce su perfil de sabor, convirtiendo la experiencia en una lectura sensorial. El menú, editado en tapa dura y compuesto por 30 propuestas en formato degustación, combina técnica de alta gastronomía con narrativa conceptual, en una apuesta por devolver al cóctel su protagonismo absoluto. La propuesta líquida se articula en torno a sabores suaves, secos, dulces o umami, con creaciones como el Matcha Colada una reinterpretación contemporánea de la Piña Colada o el Smash, elaborado con ingredientes poco habituales como polvo de guisantes y yogur de leche de cabra. La ejecución es precisa, sin distracciones ni ornamentos, y se complementa con una política clara: aquí solo se sirven cócteles, algunos incluso en versión sin alcohol, indistinguibles en sabor y presentación.
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