Inaugurada en 1935 en el barrio madrileño de Argüelles, Casa Ricardo se distingue por su atmósfera familiar y acogedora, impregnada de lo español y lo taurino. La cocina, fiel a la tradición gastronómica española, ofrece especialidades como rabo de toro, callos a la madrileña, gallina en pepitoria, bacalao al pilpil y cocido madrileño (disponible por encargo). Cada plato refleja
la autenticidad y el sabor arraigado en la rica historia culinaria de España, brindando a los comensales una experiencia única de tradición y excelencia.
Cuando en 1956 José Luis Blázquez aterrizó en Madrid no era consciente de que los torreznos que degustaba en su pueblo natal de Ávila, La Hija de Dios, llegaría a formar parte del menú de buena parte de los madrileños
Más sobre este sitioEste humilde bar fue abierto en 1977 y sigue siendo atendido con la misma pasión y amabilidad de entonces. Ir un domingo al Bar Santurce es ir a ver un espectáculo. El gentío hace fila para probar sus famosas sardinas a la plancha. Las colas llegan hasta la calle Ribera de Curtidores donde se confunden con el público asistente al mercado del Rastro. Este restaurante que también se especializa en pimientos de padrón y calamares fritos es, sin duda, una atracción paralela al Rastro y constituye una cita ineludible el domingo.
Más sobre este sitioEste icónico establecimiento madrileño, fundado en 1923 por el abuelo de Gregorio Casas, actual dueño, mantiene sus raíces con las tinajas originales para el vino. “Bodegas Casas” destaca como referente del vermut de grifo y conservas para tapas, ofreciendo también una extensa selección de 50 vinos y cerveza al estilo madrileño. Conserva una reja histórica que separaba a hombres y mujeres durante la compra de vino, reflejo de costumbres muy superadas.
Más sobre este sitioEn el corazón de Madrid, Casa Amadeo Los Caracoles, desde 1942, ofrece cocina tradicional española en un ambiente familiar con decoración antigua. Ideal para probar caracoles, callos, oreja, judías viudas, rabo de toro y mejillones a la marinera, así como raciones de bacalao rebozado, cangrejos de río, croquetas caseras y postres como arroz con leche. La calidad se refleja en
la selección de materias primas y la cuidada elaboración de las recetas tradicionales. Con dos barras, tres salones y terraza en Plaza de Cascorro, es una parada obligada si visitas el Rastro.
En Malasaña Casa Camacho ha sido un referente desde los años 20, ofreciendo tapas, vermú de grifo, cervezas y vinos a precios accesibles a una clientela diversa. La auténtica grifería de las típicas tabernas madrileñas sigue siendo parte de su decoración original. Entre sus especialidades se encuentran los “yayos”, una mezcla única de casera, vermú y ginebra, que pueden disfrutarse con variadas tapas como patatas bravas, boquerones, anchoas, berenjenas de Almagro, bonito en escabeche, callos a la madrileña, o bocadillos de jamón, tortilla o mejillones, entre otras opciones.
Más sobre este sitioCasa Lucio abrió sus puertas al público en 1.974, después de más de 6 meses de obras para mejorar la estructura del edificio, y desde entonces el trato cordial y afectuoso con los clientes sigue siendo una de las facetas destacadas de este local. Un sello de la casa que Lucio ha sabido transmitir a todo su personal, que forma una familia desde hace más de 20 años, y que ya conoce las costumbres de la casi totalidad de los clientes asiduos, intentando en definitiva complacer y hacer pasar un rato agradable en torno a sus platos icónicos como los huevos estrellados.
Más sobre este sitioLa autenticidad es la seña de este restaurante especializado en la tradición gastronómica. Explorando su variada carta y menú diario, resaltan delicias como alitas, torreznos, bravas y oreja. Abre
sus puertas todos los días del año en un ambiente acogedor y repleto de auténtico sabor, donde vivir una experiencia única para tu paladar.
Taberna fundada en 1934 por Sotero Garcia y Julia Nieto, en la calle Bravo Murillo, hoy en día la regenta su nieto Miguel Ángel junto a su esposa Pilar Montalbán, en una nueva ubicación debido a la pandemia, pero manteniendo la esencia y conocimientos que les transmitieron padres y abuelos. Su carta se basa en las recetas tradicionales que se servían en la Taberna junto a nuevas elaboraciones, lo cual les permite seguir avanzando sin perder de vista su historia.
Más sobre este sitioEn esta histórica taberna familiar, con más de 60 años de tradición, se han especializado en pinchos variados, desde salmón y atún hasta espinacas, merluza, bacalao, morcilla, lomo y quesos, todos gratinados al momento. Además, propone clásicos como tortillas, empanadillas y croquetas de jamón y huevo. Sumérgete en una experiencia culinaria que fusiona la autenticidad de la
tradición familiar con sabores inolvidables.
Establecida sobre una antigua taberna de 1929, conserva la arquitectura tradicional de las tabernas madrileñas. Refundada en 1989, ofrece vermú y cerveza desde un serpentín enfriado a la antigua. Rigurosa con los platos típicos y generosa con las tapas, se presenta como un espacio que fusiona con elegancia la tradición y la modernidad, sirviendo una cocina de mercado con
influencias originales.
Es La Mina un bar bien conocido por el vecindario de la zona por sus extraordinarios aperitivos. Y no es extraño porque aquí no falta de nada para que ese momento tan disfrutón sea perfecto. Sello de autenticidad ni más ni menos que desde 1949, cañas tiradas con verdadera maestría, un servicio espectacular, buen ambiente y una terraza soleada y bien situada. De su breve carta,
¿y para qué más? Destacan sus gambas a la plancha y sus pinchos morunos, pero pidas lo que pidas no hay margen de error: croquetas caseras, boquerones en vinagre, lomo ibérico, lacón a la gallega y una interesante sección de conservas.