Es La Mina un bar bien conocido por el vecindario de la zona por sus extraordinarios aperitivos. Y no es extraño porque aquí no falta de nada para que ese momento tan disfrutón sea perfecto. Sello de autenticidad ni más ni menos que desde 1949, cañas tiradas con verdadera maestría, un servicio espectacular, buen ambiente y una terraza soleada y bien situada. De su breve carta,
¿y para qué más? Destacan sus gambas a la plancha y sus pinchos morunos, pero pidas lo que pidas no hay margen de error: croquetas caseras, boquerones en vinagre, lomo ibérico, lacón a la gallega y una interesante sección de conservas.