Establecida sobre una antigua taberna de 1929, conserva la arquitectura tradicional de las tabernas madrileñas. Refundada en 1989, ofrece vermú y cerveza desde un serpentín enfriado a la antigua. Rigurosa con los platos típicos y generosa con las tapas, se presenta como un espacio que fusiona con elegancia la tradición y la modernidad, sirviendo una cocina de mercado con
influencias originales.