Este humilde bar fue abierto en 1977 y sigue siendo atendido con la misma pasión y amabilidad de entonces. Ir un domingo al Bar Santurce es ir a ver un espectáculo. El gentío hace fila para probar sus famosas sardinas a la plancha. Las colas llegan hasta la calle Ribera de Curtidores donde se confunden con el público asistente al mercado del Rastro. Este restaurante que también se especializa en pimientos de padrón y calamares fritos es, sin duda, una atracción paralela al Rastro y constituye una cita ineludible el domingo.