Originario de Segovia, Félix llegó a Madrid y trabajó en prestigiosos restaurantes antes de fundar su local en Navacerrada durante el auge de la estación de esquí en los años 60 y 70. Su creatividad lo llevó a inventar los icónicos picatostes con chocolate, una receta registrada que atrajo a esquiadores y ganó fama nacional. Cada temporada renueva su carta con productos frescos, y su trayectoria ha sido reconocida con galardones como el Chapeau de Oro y el Plato de Oro, además de distinciones de la Casa Real y otras instituciones. Un lugar donde la historia y la cocina se entrelazan con maestría.