Este establecimiento, abierto en 1990, combina cocina casera y especialidad en arroces secos al estilo valenciano con un enfoque centrado en la hospitalidad y la cercanía. El espacio reducido está pensado para recibir a los comensales como en casa, fomentando la experiencia de compartir y disfrutar juntos de cada plato. La propuesta gastronómica busca transmitir la herencia cultural de la cocina familiar, colocando la comida en el centro de la mesa y dejando que cada quien se sirva. Más allá de la comida, el local destaca por su ambiente cálido y humano, donde los visitantes pueden relajarse, dejar a un lado formalidades y disfrutar de momentos sencillos, auténticos y memorables alrededor de la mesa.