Esta pizzería se ha consolidado como una de las mejores opciones en Madrid para quienes buscan una auténtica pizza napolitana con un giro creativo. La masa, de textura suave y ligera, se elabora con esmero y sirve de base para ingredientes frescos y de temporada, cuidadosamente seleccionados. La carta se aleja de las combinaciones tradicionales —más allá de la clásica margarita— y propone recetas originales como la pizza de berenjena con guanciale, aclamada por sus sabores equilibrados.
El local, aunque pequeño, está decorado con gusto, luminoso y bien cuidado. Si bien el formato de consumo principal es el take away, los clientes también pueden comer en el lugar, aunque con menaje desechable, lo que puede restar comodidad a la experiencia. Aun así, la calidad del producto y el buen servicio hacen que muchos repitan. Una propuesta informal pero muy bien ejecutada, ideal para quienes valoran el sabor, la creatividad y los buenos ingredientes.