Fundado en 1839, es un referente de la alta cocina española e internacional, con más de 180 años de historia en la vida de Madrid. Su menú emblemático incluye platos como el cocido madrileño, el solomillo Wellington y el pato canetón, que reflejan una fusión de tradición y sofisticación culinaria.
El local conserva una decoración que evoca el esplendor del Segundo Imperio, con una fachada elegante y salones que han sido testigos de acontecimientos históricos y literarios. Además, cuenta con una tienda que ofrece una variedad de productos gourmet, permitiendo a los visitantes llevarse un pedazo de su tradición a casa.
El establecimiento asume un firme compromiso con la reducción del impacto ambiental de sus operaciones a través de la implementación de políticas sostenibles en su gestión diaria. Esto incluye el uso responsable de materias primas, el diseño y mantenimiento de su infraestructura, la optimización de procesos, la adopción de prácticas sostenibles por parte de su equipo de trabajo y su activa participación en iniciativas orientadas al desarrollo de una sociedad sostenible.
Su compromiso se relaciona con los siguientes objetivos: