La Castela se asienta sobre una antigua taberna fundada en 1929, conserva la arquitectura tradicional de las tabernas madrileñas, con su mostrador de estaño, vasares de estuco, espejos y mármoles. De su serpentín, enfriado a la antigua usanza, manan el vermú y la cerveza que han sido deleite de generaciones. Rigurosa con los platos típicos de nuestra ciudad y generosa con las tapas, se brinda como un foro costumbrista. En su trastienda, habilitada en comedor, se sirve una cocina de mercado enraizada en el recetario madrileño al que se añaden aportaciones gastronómicas originales.
Estamos comprometidos con la reducción del impacto ambiental de nuestras actividades y la prevención de la contaminación. Favoreciendo el uso sostenible de los recursos, a la vez que satisfacemos las necesidades de nuestros clientes.
Nuestro compromiso se relaciona con los siguientes objetivos: