Ubicado en un edificio con valor arquitectónico, este restaurante en Madrid combina elementos clásicos con un enfoque actual y relajado. Su propuesta culinaria parte de una base mediterránea, incorporando influencias internacionales y una orientación clara hacia el disfrute compartido, con platos diseñados para el centro de la mesa.
La carta es variada, con opciones que incluyen tapas, ensaladas, carnes, pescados y arroces, acompañadas por una selección cuidada de vinos y cócteles. Entre los platos más reconocidos se encuentran las gambas al ajillo, distintos arroces y varios entrantes que aportan equilibrio y diversidad sin complicar la propuesta.
El interior es amplio y luminoso, mientras que la terraza, equipada para su uso durante todo el año, ofrece una alternativa tranquila en pleno entorno urbano. La distribución del espacio permite tanto comidas informales como encuentros más estructurados, con un servicio atento que mantiene un trato correcto y coherente con el tipo de cocina y ambiente ofrecidos.