Arganda del Rey es de esos sitios que sorprenden cuando se recorren sin prisas: historia, senderos para explorar con peques y rincones donde la gastronomía se disfruta hasta el final. Este plan de dos días está pensado para familias que buscan un finde distinto, divertido y muy de barrio madrileño.
Entre paseos, helados, palacetes y miradores, aparecerán dos compañeros inesperados: Felipe, un chaval curioso que ve aventuras en cada esquina, y el Rey, guardián de antiguas historias que aún resuenan en Arganda. Juntos acompañarán esta guía llena de sabor, naturaleza y pequeños descubrimientos que encantan a todas las edades.
DÍA 1:
Desayuno: “Desayuno a lo Grande”
La Tertulia es ese sitio donde todo huele a cocina de verdad(mamá): menú casero, terraza-jardín y raciones que hacen feliz a cualquier familia. Un arranque rico y muy de barrio para empezar esta aventura.

Felipe: “¡Madre mía! Que bien huele”
La torre que toca el cielo
La iglesia de San Juan Bautista, majestuosa desde 1690 con su su torre de 57 metros de altura, guiará nuestro mágico paseo. Dentro hay naves y retablos antiguos que mantienen intacta la solemnidad.

Rey: “A todo el que traigo aquí termina diciendo que este lugar suena a historia”
El secreto mejor guardado
Para seguir la aventura, visitaremos La Casa del Rey. Un palacete del año 1594 con patios renacentistas, jardines y una imponente bodega del siglo XVII, una de las mayores de Madrid. Sus estancias aún guardan tapices y ecos italianos.

Rey: “Anda, pasa y siéntete como en tu casa”
El capricho del mediodía
¿Ya hace hambre, no? Sushito combina sabores frescos y platos casuales perfectos para familias que quieren algo distinto sin complicarse. Sushi y platos que salen rápido y gustan a todos.

Felipe: “Rey, ¿en tu época había algo tan rico?”
La capillita del camino
Después de una comida deliciosa, la Ermita de Nuestra señora de la Soledad, un pequeño templo del siglo XVII te recibe con muros blancos y sobriedad rural. Después de una comida deliciosa, este pequeño templo del siglo XVII te recibe con muros blancos y sobriedad rural.En su interior se venera la imagen de la patrona de la ciudad, Nuestra Señora de la Soledad, talla original del año 1810 realizada por el escultor José Ginés.

Rey: “En mis tiempos, aquí pedíamos buenos vientos”
El dulce paréntesis
Y para recargar energía, Choc Olalla es un festín: helados artesanos cremosos, café arábica y un ambiente acogedor. Sabores intensos y raciones generosas que conquistan a cualquiera.

Felipe: “¡Rey, mira, mira! ¡Tienen todos los sabores!”
El camino rojo
El paseo continúa en la Vía Verde del Tajuña: un sendero rojo que avanza entre viñedos, olivares y ¡antiguas vías del tren! Tranquilo y con unas vistas del Jarama que flipas.

Felipe: “¡Qué pasada, parece el camino secreto de los exploradores!”
La cena que siempre funciona
Para rematar el día, Guettos Pizza nunca falla: sabores originales y raciones muy bien pensadas. Atención muy maja y platos que gustan a grandes y peques sin esfuerzo.

Felipe:“¡Por pizza, todo merece la pena!”
DÍA 2:
El despertar castizo
¿Café para empezar el segundo día? ¡Claro!, Askar ofrece un excelente café, tapas sabrosas y un ambiente amable entre terraza y salón. Además de contar con un servicio rápido y precios muy familiares.

Rey: “Si en mi época hubiéramos tenido café así, firmábamos la paz en un sorbo.”
La aventura del valle
Ya con la tripa llena, nos adentramos a recorrer La Ruta del Valle. Este es un precioso camino entre lomas suaves, miradores naturales y antiguos refugios que parecen de película. Luz, silencio y amplitud para caminar sin prisas.

Rey: “Vamos, chaval, que este valle siempre guarda sorpresas.”
Bocado de reyes
Para un pequeño respiro y reponer energía, La Ramona es un acierto: Buen ambiente y terraza amplia para familias. De picar, no te va a faltar nada, nachos irresistibles, hamburguesas y postres golosos.

Rey: “Aquí se come tan bien que hasta yo pediría ración doble.”
El último mensaje al cielo
Para despedir este mágico municipio, la torre de telegrafía óptica sorprende: restaurada por completo, domina el paisaje como antiguo faro de señales que viajaban kilómetros en minutos. Historia pura con vistas impresionantes.

Rey: “Aquí se enviaban noticias al mundo.”
Felipe: “Pues hoy mando una: ¡vaya finde más chulo!”