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La Bola: un siglo y medio cocinando la historia de Madrid en un puchero

El próximo domingo se cumplen 155 años de la creación de la Taberna La Bola

Un comienzo en el Madrid galdosiano

La Taberna La Bola es uno de esos establecimientos de Madrid que han tenido el privilegio de observar la vida de miles de personas y ser testigo de algunos de los acontecimientos más importantes de la historia de nuestro país.

Para entender La Bola, hay que situarse en el Madrid de 1870; en esa fecha una asturiana “de rompe y rasga” (como dicen sus descendientes), llamada Cándida Santos, decidió abrir una modesta casa de comidas. Ella fue pionera en ofrecer turnos para comer. Pensó que las personas que se acercaban a su restaurante eran muy variadas y no todas tenían el mismo poder adquisitivo; así que estableció diferentes turnos para que todos pudieran disfrutar de un plato calentito de cocido madrileño.

Hoy en día su familia, la saga Verdasco, mantiene la vocación inicial del negocio, la de acoger a todo el mundo (es por ello por lo que disponen de menús Kosher y Halal) y también la de ser refugio de autenticidad, siguiendo la receta original.

Cocido madrileño La Bola

Fotografía de la Guía Repsol

El secreto del cocido: el ritual del puchero individual

Cuatro generaciones después de que la Taberna La Bola abriera sus puertas por primera vez, en esta taberna cerca del Palacio Real aún se siguen ofreciendo guisos hechos de la misma manera. Cocina preparada con paciencia y siguiendo la receta de los abuelos, ese es el secreto de su éxito.

El cocido madrileño, como sabrás, se elabora con garbanzos, diversas carnes (tocino, morcillo de ternera, hueso de jamón, chorizo y gallina) y patata. En la Taberna La Bola lo sirven en dos vuelcos: primero una sopa de fideos y después los demás ingredientes. En concreto, en este restaurante utilizan una parrilla de carbón de encina, como se hacía antiguamente, sobre el que preparan el cocido en pequeños pucheros de barro; este método requiere horas de cocción lenta y controlada, y es el responsable de su sabor tan característico.

Además de este plato, en la Taberna La Bola también puedes encontrar otros muy castizos, como la gallina en pepitoria, los callos a la madrileña o el lomo de merluza con almejas.

salón de la taberna la bola madrid - guía repsol

La Bola, testigo de la historia de Madrid

Este restaurante parece una cápsula del tiempo; su fachada roja, sus cristales grabados y sus azulejos de Talavera nos transportan a otra época en la que las tertulias literarias y políticas marcaban el pulso de la ciudad. Pocos lugares en Madrid pueden presumir de haber sentado a su mesa a tantas figuras históricas; artistas, intelectuales y políticos de varias generaciones han comido en La Bola.

  • Tertulias literarias: Se dice que el premio Nobel Camilo José Cela tenía su rincón favorito allí, la mesa número 7; pero no fue el único, también disfrutaron de los ricos pucheros de La Bola Ramón María del Valle-Inclán y algunos escritores de la Generación del 98 y del 27.
  • Realeza y política: Desde Alfonso XII hasta el Rey Emérito Don Juan Carlos I, y políticos de todo el espectro ideológico han buscado el sabor más auténtico de Madrid en esta mítica taberna.
  • Glamour internacional: En los años dorados de Hollywood, estrellas como Ava Gardner sucumbieron al encanto de La Bola durante sus estancias en Madrid; de hecho, la fotografía de esta actriz es la más buscada.

Una anécdota muy escuchada en el establecimiento cuenta que durante la Guerra Civil la Taberna La Bola permaneció abierta para ofrecer un caldo caliente a los madrileños que estuvieran pasando necesidad, convirtiéndose así en un símbolo de resistencia.

El legado: más que un restaurante, un patrimonio castizo

En una ciudad que cambia a una velocidad vertiginosa y la globalización empieza a afectar a nuestra gastronomía, la Taberna La Bola ha demostrado que aún existe esperanza para lo auténtico.

Para Madrid La Bola no es solo un destino turístico donde conseguir una foto icónica, también es el lugar donde el abuelo madrileño celebra su cumpleaños con la familia. Después de 155 años, La Bola representa el «ser castizo«, la autenticidad sin artificios, el respeto por el producto y la calidez en el trato.

¡Brindemos por este rincón donde el tiempo se detiene y Madrid sabe a Madrid!

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