SaboreaMadrid

El finde que se camina en Villaviciosa de Odón

DÍA 1

Entrando en ritmo

Llegamos a Villa por la tarde, cuando todavía había luz y el cuerpo agradecía empezar sin forzar. El primer día debe ser para afinar sensaciones, no para quemarse.

La Xana

La primera parada fue La Xana, y fue un acierto total para aterrizar bien el finde. Cocina asturiana contundente, de la que te obliga a compartir. Pedimos una tabla de quesos (generosa, de esas que parecen infinitas), cachopo de queso de cabra con cebolla caramelizada y un pulpo a la brasa en su punto. Algo que valoro mucho: pregunté por opciones sin gluten y me explicaron plato por plato sin prisas ni caras raras. Empezar así te coloca el viaje donde debe estar.

Comentarios:

@clara.trails: “¿Empezar un finde activo comiendo así es trampa? Jajajaj”

 Vereda del Cerro de los Olivares

Con la comida asentada, salimos a caminar por la Vereda del Cerro de los Olivares. El sendero arranca frente al cuartel de la Guardia Civil, pasa junto al Castillo y cruza el Arroyo de la Madre por un pequeño puente. Empieza suave y va ganando altura poco a poco. A la derecha queda el Pinar de Prado Redondo, a la izquierda se observa el olivar y, al fondo, el Castillo marcando el paisaje. No es una ruta técnica, pero sí perfecta para soltar piernas, coger ritmo y disfrutar de maravillosas vistas.

Comentarios:

@andandoando: “Te metes sin querer y ya no quieres salir nunca”

Restaurante Los Llanos

El día terminó con la cena en el restaurante Los Llanos, un sitio amplio y bien organizado, con distintas zonas según el plan. Cocina mediterránea, producto cuidado y platos que reponen después de caminar. Yo ya iba cansada, y agradecí un sitio donde comer bien sin complicaciones ni ruido innecesario.

Comentarios:

@slowroutes: “ Buena caminada + buena comida = PARAÍSO ”

DÍA 2

Pura Vida

Desayunamos en Pura Vida. Pedí una tosta con huevo frito, bacon y guacamole que me sostuvo toda la mañana. Servicio rápido, ambiente activo y ese detalle que suma: con cada consumición te ponen un aperitivo. Desayuno pensado para salir a moverse, nada de quedarse sentado.

Comentarios:

@anaoutdoor: “Desayuno que ya cuenta como activación abdominal”

 Vía Verde del Guadarrama

La Vía Verde del Guadarrama fue el tramo protagonista de este día. Son 4,5 km que combinan asfalto y tierra compactada, atravesando cultivos y zonas de ribera dentro del Parque Regional. Caminé una parte y corrí otra, según mi objetivo de entrenamiento. El momento más especial es el cruce del río por el antiguo puente ferroviario de hierro: paras, miras, respiras. Verde por todos lados, silencio y la sensación de disfrutar plenamente de Madrid.

Comentarios:

@rutasconalma: “RIP para el que vaya con agujetas”

El Pintxo de Villa

Después de la vía verde, El Pintxo de Villa fue la parada perfecta. Tostas, raciones y cerveza bien fría. Nada pesado, justo lo necesario para recuperarse. Un sitio animado y muy cómodo.

Comentarios:

@beersandsteps: “Parada técnica de manual”

Fuente de los Caños

Además de hacer deporte, aprovechamos para conocer un poco de Villa. Muy cerca está la Fuente de los Caños, al pie del Castillo. Es del siglo XVIII y se atribuye a Ventura Rodríguez. Tres caños, pilón de granito y una leyenda: quien bebe del caño central acaba casándose (admito que bebí). No sé si funciona, pero el sitio impone y merece la parada.

Comentarios:

@silvia.walks: “¿Sirve más si te sumerges entera? ”

Ay Jalisco y Tacoholic

Por la tarde el grupo se partió en dos opciones. Algunos en Ay Jalisco, con guisos trabajados y cochinita pibil con mucho fondo. Nada exagerado de picante y atención muy bien guiada.

Y el resto en Tacoholic que queda apuntado para la próxima: tacos bien montados, tortillas que no se rompen y ambiente chill.

Comentarios:

@foodaftertrail: “Esto después de andar, debe saber a gloria bendita…”

Torreón de Doña Laura

Seguimos con el Torreón de Doña Laura, el cual nos dio una grata sorpresa. Construido en 1860 y restaurado en los 70, está rodeado de jardines y tiene ese aire romántico que contrasta con el día activo. Una parada más para los que amamos conectarnos con la naturaleza.

Comentarios:

@slowroutes: “Tuve la misma reacción cuando fui, amé completamente!”

El Vikingo

Para cerrar el día con broche de oro cenamos en El Vikingo. Hamburguesas hechas en horno Josper, carne sellada a alta temperatura y sabor ahumado muy marcado (pura proteína). Después de un día largo, este tipo de cena entra sola.

Comentarios:

@correcaminosrun:“Piernas cansadas pero tripas felices eh.”

DÍA 3

Savatico

Tuvimos nuestro último desayuno de la ruta en Savatico. Con un café muy bien hecho y una tarta de queso que, honestamente, está a la altura de su fama (no saben el antojo que traía).

Comentarios:

@cheesecakehunters: “Confirmo: es de las buenas”

Real Golf Club Lomas-Bosque

Como aquí nos gustan todos los deportes, acabamos pasando por el campo de práctica del Real Golf Club Lomas-Bosque. Que no, que el golf no es lo mío, pero me fui con los colegas al drive range y al putting green. Yo más de mirar que de golpear, pero el rato fue muy chulo y el contraste del terreno, con la Sierra de Gredos al fondo, puso un cierre distinto y bien majo.

Comentarios:

@carlosgolf: “Mi campo de práctica favorito para mejorar el swing”

Restaurante Las Máximas

Cerramos el plan en el restaurante Las Máximas. Empanadas caseras, trato cercano y comida que reconforta después de tres días en movimiento. Un final sencillo y muy bien puesto.

Comentarios:

@empanadalovers: “El finde activo se remata así”

Luego de estos 3 días puedo decir que aquí todo fluye sin forzar. Caminas, paras cuando el cuerpo lo pide y comes bien cuando toca. Tres días activos, sin exagerar, con rutas accesibles y paradas que encajan de verdad. De esos viajes que no hace falta explicar mucho, pero que repetirías sin pensarlo.

 

 

 

Compártelo