Este restaurante-cervecería combina una oferta de picoteo tradicional con un entorno pensado para el encuentro informal. Su terraza climatizada, ubicada en un bulevar amplio y tranquilo, funciona durante todo el año y se ha consolidado como un punto de reunión para comidas distendidas, aperitivos al sol o encuentros después del trabajo.
El espacio interior está dividido en dos plantas. La principal está orientada al servicio diario, con una carta centrada en tapas caseras, raciones y bebidas, mientras que la planta baja cuenta con un club reservado para eventos privados, equipado con pantalla gigante para seguir partidos de fútbol y otras actividades grupales.
La propuesta está enfocada en un público diverso que busca un lugar funcional para quedar con amigos, disfrutar de un afterwork o simplemente compartir algo informal durante la semana. La flexibilidad del espacio, junto a una cocina accesible y una ubicación estratégica, refuerzan su carácter como punto de encuentro dentro de la oferta gastronómica de Madrid.