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La ruta de la villa encantada en Villaviciosa de Odón

Hada: “Desde hace mucho tiempo esta villa está encantada, con flores de todos los colores, muchos animales como mi amigo zorro y gran riqueza natural que hasta hoy se mantiene”
Zorro: “Así es, y lo mejor es que todos son bienvenidos”

Villaviciosa de Odón no se enseña de golpe. Se deja recorrer. Es un lugar donde los desayunos se alargan, los parques se llenan de ruido bueno y las calles antiguas siguen viendo pasar generaciones enteras. Aquí, los planes familiares no necesitan grandes artificios: basta con salir a la calle, enlazar una plaza con un parque, una mesa con un paseo.

Este recorrido propone dos días completos para andar Villaviciosa como se ha vivido siempre: caminando, compartiendo y dejando que cada parada vaya marcando el siguiente paso.

DÍA 1:

Un feliz inicio

Arrancamos en Churrería Cafetería La Parada, un local pensado para familias: zona para peques, desayunos largos y ambiente de barrio. Churros, molletes con aceite y café bien trabajado marcan el punto de salida del día.

Hada:  “Aquí se empieza fuerte”

Maravillas a dos pasos

A tan solo dos pasos nos encontramos con la Iglesia de Santiago Apóstol, del siglo XIX y que se levanta frente a la Casa de Godoy. Dentro sorprenden los frescos del presbiterio y un crucifijo de marfil. Fuera, la fuente italiana completa una plaza muy reconocible del pueblo.

Zorro: “Esta iglesia  tiene más historia de la que parece”

Cuando toca mesa

Seguimos hasta el  restaurante Las Dos Castillas, donde destacan carnes ibéricas, asados y pescados hechos al horno o parrilla de carbón. Un restaurante pensado para comidas largas de familia, con carta amplia y un servicio que orienta.

Hada: “Sin importar mi tamaño, ¡Comería todo el asado!»

Un paraíso histórico

Justo al lado aparece el Parque de El Castillo . Mágicos estanques con cisnes y ocas, esculturas como La Maternidad, zonas infantiles y paseos emparrados. El jardín reproduce el diseño del año 1739 para el Felipe V, con fuentes, geometrías vegetales y árboles únicos.

Zorro: “En este paraíso corro más que el Cercanías cuando llega tarde”

Una parada técnica (o dos)

Con dos opciones grandiosas para reponer la energía porque siempre apetece una pausa.

Paz y Gourmet

En Paz y Gourmet, la merienda se toma sentados, con repostería artesanal y sabores que piden cuchara y calma.

 

Hada: «¡Madre mía! ¿Cuál eliges tú, zorro?»

La Confitería

En La Confitería, cafés bien preparados, bocatas que llenan la mano y un ambiente familiar donde siempre hay movimiento y risas.

Zorro: “Aquí no se anda con medias tintas.”

Y ya con la tarde hecha

Luego de la pausa, el paseo por el casco urbano histórico de Villaviciosa de Odón se hace despacio: calles estrechas, casas antiguas, tapias con forja y rincones que invitan a parar y mirar. Ideal para dejar que los niños pregunten y los mayores cuenten.

Hada: «¡Zorro! vamos a caminar juntos»

Final del día por lo alto

La jornada termina en Restaurante Los Altos, con carta variada para peques y grandes, entre carnes, pescados y ensaladas, y una zona cómoda tanto para cenar como para tomar algo después.

Zorro: “Vamos, de los sitios que molan tanto que repites. ¿Cierto, hada?”

DÍA 2:

El Arranque tranquilo

El segundo día de esta aventura empieza en Panaderías Bendita Tierra: dulces recién hechos, palmeritas crujientes, magdalenas de limón y café recién molido. Un desayuno amigable y reconocido.

Hada: “Pan calentito y se te arregla la mañana, palabra de hada”

El bosque verde

La ruta continúa por El Forestal o también conocido como Prado Redondo, un bosque sorprendente lleno de especies distintas, perfecto para caminar juntos, escuchar pájaros y enseñar a los chavales las maravillas de la naturaleza. Más de 20 hectáreas con robles, tilos, arces y fauna abundante.

Zorro: “Aquí hasta yo voy despacito”

La parada del fin

La última parada es Hoke POKE, con platos frescos, açaí y opciones ligeras que cierran el plan sin pesadez. Ideal para volver a casa con energía y buen recuerdo.

Hada: “Así da gusto irse”

Al final, lo que queda de un plan así no es solo el recorrido, sino la sensación de haber pasado tiempo juntos sin complicaciones. Desayunos tranquilos, paseos largos, parques donde los niños se sueltan y calles que se recorren sin mapa. Villaviciosa de Odón funciona justo así: como un lugar al que se viene un fin de semana… y del que se vuelve con ganas de repetir.

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