Cada vez más locales y experiencias pop-up han incluido elementos sensoriales para llamar la atención del cliente
La experiencia se ha convertido en un factor clave a la hora de elegir un plan para el fin de semana. Para la hostelería es cada vez más necesario ofrecer un plus, bien sea desde el punto de vista de la decoración, la música, o la ambientación para destacar en un mercado tan saturado.
Cada vez más locales y experiencias pop-up han incluido elementos sensoriales para llamar la atención del cliente y este verano puedes disfrutar de varios planes que combinan imaginación y gastronomía.
Decoración, tapas y vinos son los tres pilares de `Estando Contigo´, un bar con un toque experiencial ubicado en la Calle de la Independencia 1, en el Centro de Madrid. La decoración del local es la protagonista, el espacio es completamente blanco, con detalles en rotuladores negros y busca replicar la estética de un comic blanco y negro, al estilo Mingote, lo que lo hace destacar de entre todos los bares de la zona.
Sus tapas y raciones apelan a la tradición, aunque siempre dándole un punto especial, como con la `tortilla de albahaca y trufa´. Eso sí, la verdadera protagonista del local es la carta de vinos, en especial sus vinos por copa (ofrecen más de 20 variedades) e incluyen opciones bastante poco comunes como el blanco D.O. Cariñena de bodegas el San Valero, ideal para cuando comienza el calor.
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Este local se ha convertido en un fijo de Instagram. Desde su inauguración en 2015 ha combinado los platos típicos de las tabernas mediterráneas con matices asiáticos, árabes o nikkei, como las `zamburiñas con kimchi´. Pero lo que más destaca es su decoración recargada de colores, techos con flores gigantes y una carta de cocteles inspirada en `Alicia en el País de las Maravillas´.
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Este local apela a la historia para crear una experiencia diferente para sus comensales. Está ubicado en una bodega con 400 años de antigüedad, en la que el espacio de las cavidades se ha aprovechado para construir mesas a forma de reservados especiales. La bodega está llena de galerías con forma de claustro y cúpulas lo que le da un toque muy especial al restaurante. La gastronomía no se queda atrás. Si lo visitas podrás probar los chipirones de anzuelo o el rulo de rabo de toro con salsa de garnacha y muselina de patata.
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