Este distrito, uno de los más heterogéneos, comprende los antiguos municipios de Canillas y Hortaleza; este último, hasta los años 70, mantuvo casi intacto su aspecto de campiña, con numerosas huertas y campos de cultivo que surtían, en gran medida, a la ciudad. La fisonomía de la zona cambió sustancialmente a mediados del siglo pasado, al absorber mucha población procedente de las migraciones rurales. El distrito oscila hoy entre los núcleos primigenios, más populares, con otros más residenciales, como La Piovera y Palomas, y otros de reciente urbanización, como Sanchinarro y Valdebebas. Su gastronomía comparte este carácter: en los barrios más acomodados, no faltan espaciosos restaurantes, con un público más señorial o familiar, mientras que los bares informales, con alma de salmuera, menú del día y tirador, reinan en las zonas más ligadas al reciente pasado obrero del distrito.