La cocina que en su origen fue italiana (de ahí el nombre de Paolo), ha evolucionado hacia una carta de carácter internacional y mediterránea, perdurando platos típicos de sus orígenes como la pizza de salmón o los escalopines y la pasta, con todo tipo de verduras, ensaladas, carnes y pescados. De elaboración muy cuidada, casera y como de “toda la vida” y con precios asequibles que dejarán al cliente totalmente satisfecho.